Herida de rechazo
La herida de rechazo tiene su origen en el primer año de vida, y ya desde la concepción. El bebé se ha sentido rechazado por el progenitor del mismo sexo, padre o madre.
Cree que no tiene derecho a existir porque vale poco o nada. Siente insatisfacción total por quien es. Baja autoestima.
Se protege y se evade en su jardín imaginado y secreto. Se percibe distinto al resto de su familia, ¡porque no le comprenden!… Siente la soledad incluso cuando está en grupo. Se siente invisible. Tiene miedo a molestar, a expresarse y a que sus palabras y opiniones no interesen. Parece un Ser solitario y tímido.
Sus miedos le atormentan. A veces se evade mediante comportamientos adictivos y acude a los videojuegos, las drogas, el alcohol, el juego, los dulces…
Quien sintió y siente la herida de rechazo en ocasiones:
- Huye de la escena cuando alguien le habla con agresividad o en voz muy alta. Así evita entrar en pánico.
- Siente que existe solo si está haciendo y ocupado. Gran energía, capacidad de trabajo y perfeccionismo. Envejece con el sentimiento de que ha desperdiciado su vida.
- Su miedo al rechazo a veces le lleva a estar a la defensiva cuando la otra persona quizás solo está expresando sus opiniones, necesidades o poniendo sus límites.
¿Cómo sanar la herida de rechazo?
Identificar tu herida de rechazo, cualquiera de tus heridas emocionales, es el primer paso para dejar el sufrimiento. Alcanzar la libertad y poder vivir la vida que deseas. Y también construir la familia y círculo de amistades de forma emocionalmente saludable.
Sanar las heridas emocionales mediante una sesión de sanación holística es necesario para avanzar y evitar que te afecten. Comprender que las personas se comportaron como mejor supieron teniendo en cuenta el momento que vivieron.
Y también evitar que te desborden emocionalmente en el momento más inadecuado.
¿Te ha pasado alguna vez?
Pensar… “pero cómo me he puesto…, si no era para tanto”.